A partir
de los escritos de Orlando Fals Borda en “Orígenes
universales y retos actuales de la Investigación Acción Participativa (IAP)”,
de Paulo Freire en “¿Extensión o Comunicación? La concientización en el medio rural”, y de Pierre Bourdieu en “El oficio de Sociólogo”, escrito junto a J.C. Chamboredon y
J.C.Passeron, parece que existen tres cuestiones que (me) resultan
fundamentales en el ejercicio de la investigación de co-labor:
1. Que la insistencia académica
sobre la neutralidad valorativa y la independencia en la investigación
de frente a la tendencia a producir conocimientos
y técnicas comprometidas de lleno con la acción social implica un posicionamiento
político que rompe con la tendencia hegemónica, lo que sitúa al investigador en
una posición de ambigüedad aparente: entre su comunidad de pares académicos a
la que pertenece (y de donde se cubre su salario) y la comunidad de
campesinos/mujeres/jóvenes en donde realiza su investigación pero de la que es en
cierta forma ajeno (empero es de ahí de donde obtiene información y datos).
En última instancia, a mi ver, la
comunidad académica y el investigador se
deben a tales sujetos comunitarios que son “estudiados”. En tanto la
academia actual se encuentra como una forma no productiva de trabajo inserta en
el modo de producción capitalista, sus integrantes (profesores y estudiantes)
nos suponemos que dada la actual división del trabajo somos =ajenos= a otras
clases sociales, y ahí se encuentra (me parece) una división práctica,
ideológica y política que resulta en una separación entre investigadores e
investigados….a pesar de que se empleen técnicas
participativas, dialógicas y hasta “publicaciones conjuntas”.
2. Que la imposición de esquemas
técnicos en una determinada comunidad para dar cuenta de ella misma y su
problemática para sí misma, y no en la apropiación creativa de un proceder investigativo
por parte de la misma, refleja que el tema de la investigación académica no
responde (sino rara vez) a inquietudes propias de las comunidades o de grupos
sociales. Más bien responde a imperativos prácticos, económicos e
institucionales que dominan las esferas académicas, gubernamentales y
empresariales….y sin duda, a mis propias búsquedas laborales-salariales.
La investigación (y la extensión, sin duda como la describe
Freire), como práctica antidialógica,
conlleva necesariamente a la
manipulación, la domesticación y la invasión cultural, pero ¿acaso podría
ser diferente en los escenarios institucionales en los que el mainstream es un desarrollo económico
depredador de la naturaleza y explotador de ciertos grupos sociales?
3. Que el descubrimiento no se produce por una confirmación de
nuestras representaciones sobre lo real sino a partir de su ruptura, dicen
Bourdieu y sus colegas, y aunque estoy de acuerdo parcialmente con la idea de
romper con mis propios prejuicios y supuestos personales, me causa mucho
disgusto que ahí se reproduce la noción cartesiana de la ciencia, de la verdad,
del conocimiento “real-verdadero”…esto me podría regresar a “los mitos y
leyendas de los iluminados con batas blancas”.